La entrada a la fortaleza se encuentra en el ángulo noroeste del recinto. Aquí confluyen los dos tramos de muralla y se crea un pasadizo de 9 metros de largo y con un ancho entre 2,5 y 2,8 metros.
Esta entrada que se va haciendo más estrecha responde a lo que denominamos una entrada en cuello de botella.
Se denomina así porque va disminuyendo el espacio forzando a que no pueda entrar mucha gente de golpe. Este factor facilita la protección de la fortaleza en caso de un ataque enemigo, ya que fuerza a los asaltantes a no poder entrar cargando en tropa, sino ordenadamente y como mucho de dos en dos.
En el extremo occidental de este pasadizo se ubicaría la puerta de entrada más externa (podría haber una segunda en la parte posterior del pasadizo, a la altura final de la casa 10). Además, aparece un murete que parece corresponderse con una estructura de tapiado intencionado, similar a las que se encuentran en las puertas de muchos de los hogares excavados.
Cabe mencionar que sería plausible imaginar que en la parte superior de este pasadizo de acceso se instalara un segundo piso, construido con materiales perecederos, en forma de torre, que reforzaría la defensa de este punto de entrada al asentamiento.